Una pinceladita por aquí,una almejita por allá,un souflé a la escandalé y un estomagué con hambré.
Ya no sé en que hemos convertido la cocina,en un laboratorio de color y una radiografía de lo que pudo ser y se quedó en el intento.
Ya sé que ahora presentan verdaderas obras de arte por las que se pagan precios astronómicos (por ayudarte a guardar la linea), pero no creo en el dicho que está claro que hacen todo suyo de "se come más por los ojos ........" (de verdad que ellos no quitan ni un tercio del hambre).
Todo muy bonito,muy bién presentado,jugando con la armonía,el color y hasta el sabor pero de verdad, donde esté un buén cocido,unos suculentos macarrones,una fabulosa fabada o un arroz con leche con toda su cremosidad y dulzor que se quiten los "destellos con frutos de mar aderezado con fresa salvaje y tiras de verde jardin" o "naranja confitada con espuma de aire al chocolate".
Somos de hincar el diente, de platos que se vea que rellenan la vajilla. Somos de buén comer, que no hablo de atracarse, pero esto de que por educación ante la invitación de una comida e intentando que tu estómago no te delate,deseamos terminar lo más rápido posible e irte a la bocatería de al lado a comerte un buén bocadillo de tortilla, eso, le ha pasado a más de uno (¿o nó?).
El mundo evoluciona pero ya tenemos bastante crisis encima de nosotros como para que también tengamos que tener la crisis de las mandíbulas.
En fín, en este mundo moderno que me ha tocado vivir, me doy cuenta que seguiré siendo clásica hasta en la comida.
Seguiré informando ... .
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