lunes, 13 de junio de 2011

Esperas, persecuciones y cristales tintados

¡Menuda tarde!
Allá andábamos mi chico y yo siguiendo a la quinceañera a ver si cumplía sus obligaciones o no.
Después de esperar un rato a que saliese de la consulta médica que tenía, salió disparada (nunca mejor dicho) ¡qué manera de correr, por dios!.
Mi chico, agil, la siguió más de cerca ya que por longitud de piernas el llegaría antes y la descubrimos esperando a una compañera de clase. Trazamos un plan, mientras el vigilaba por ese lado, yo me iría acercando posiciones desde la otra calle contigua ya que desde la posición que teníamos podría vernos, dándome tiempo suficiente para que yo llegara al otro lado y el me seguiría unos minutos más tarde ya que ese lugar no era seguro.
Sigilosamente fuí acometiendo mi misión, cuando llegué cerca de donde se encontraba, vi movimiento y pude comprobar como esa compañera salía de su guarida. Escondida, vigilaba sus movimientos, no podía estar muy erguida ya que podrían verme. Empezaron a moverse y por un momento creí que sus pasos se dirigían hacia donde yo me encontraba pero no, iban en la dirección donde estaba mi chico, así que cuando se metieron por esa calle yo encaminé mis pasos hacia allí. Pude ver desde mi nueva posición como caminaban calle arriba hasta que se pararon, cosa que yo también tuve que hacer. Por desgracia, mi escondite no era muy bueno, ya que estaba detrás de un coche con los cristales tintados que me cortaba visibilidad y ellas tampoco estaban en un lugar con excelente visión, encima, mientras esperaban ,no hacían más que mirar para abajo, así que entre una de mis escondidas ellas se movieron y ahí les perdí la pista. Cuando volví a levantar la cabeza ya no estaban y no pude saber por cuál de las tres calles que había allí tiraron y como mi chico había ido a la otra calle , les perdimos la pista (anda que menuda detective estoy hecha).
Pero bueno, lo que quería comprobar ya estaba. No había ido a clase.
Cuando ella llegó a casa después de unas breves preguntas en las que evidentemente me mentía, le dije que dejase de hacerlo ya que sabía perfectamente que no era cierto lo que me estaba contando y como se cerraba en banda y no quería contarme por que no había ido a clase, zanjé la conversación.
En fín, no me ganaré la vida como vigilante la verdad, pero al menos hoy, no me tomará por tonta.
Seguiré informando ... .

6 comentarios:

  1. Hola Rosa, nadie dijo que los principios de Sam Spade e incluso del mismísimo Philip Marlow,fueran sencillos,con tesón y voluntad llegarás a ser una gran detective..paciencia..al final casi siempre ganan los buenos....buen lunes lunero, besos con salero...

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  2. ROSA,te recomiendo una página que encontré preguntando al google: "hijos rebeldes ¿qué debo hacer?.
    Kitadol.com, pincha en el apartado "Psicología para tí", de ahí pinchas en "Mamá de adolescentes" y por último en "Jóvenes rebeldes".
    Espero que te sirva de algo.
    Un saludo.

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  3. Hola don vito, huy, no se yo si siempre ganan los buenos eh, la vida a veces es muy injusta pero bueno en este caso creo que la paciencia, el tesón y la firmeza serán mis mejores aliados.
    Besitos.

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  4. Hola Loto, gracias por la recomendación.
    Pasé hace un ratito por tu casa, iré más veces, seguro.
    Un saludo y gracias por la visita.

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  5. En realidad, Rosa, ni te molestes en buscar un por qué al faltazo de la niña.
    Está en un momento de la vida donde se cree MUCHO más lista que tú, de modo que lo más probable es que, simplemente, alguna de sus amigas lo propuso y otra se apuntó y otra no quiso quedarse atrás y......así por el estilo.

    Los adolescentes necesitan estas confrontaciones y estas tonterías para reafirmarse.
    (Eso sí: ni se te ocurra decirle que la seguiste, es mejor que piense que un conocido la vio por la calle y te contó)

    Animo y paciencia (en el orden que tú prefieras)

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  6. Hola pelado jajajaja, justo eso es lo que le dije, que la vieron. No hay que ponerla en antecedentes.
    ¡Menos mal que la adolescencia no dura toda la vida!

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